Pathwork. Lectura 103. Daño de Dar demasiado.


Conferencia Pathwork Nº 103


EL DAÑO DE DAR DEMASIADO AMOR-
VOLUNTAD CONSTRUCTIVA Y DESTRUCTIVA



Saludos mis muy queridos amigos. Dios bendiga a cada uno de ustedes. Bendita sea esta hora.

Deseo hablar ahora de otra faceta del amor, la voluntad y la relación humana. Sabes, por la vida y por tu propia experiencia como así también por conferencias previas, que estos tres fenómenos son interdependientes. Cada uno de ellos es de la mayor importancia para tu vida y tu plenitud. Todos juntos forman una totalidad. Si uno de ellos funciona independientemente de un modo sano y productivo, los otros dos inevitablemente funcionarán de una manera igualmente sana, casi de modo automático. Sin embargo, a veces es importante considerar a cada uno por separado. No puede haber plenitud de ningún tipo sin buenas relaciones humanas. Y las buenas relaciones humanas son imposibles sin amor. Tampoco puedes vivir productivamente sin que la voluntad funcione de manera correcta. El amor y la voluntad pueden tener muchos aspectos distorsionados que se manifiestan de muchos modos. Hemos hablado de algunos de ellos en el pasado. Consideremos ahora estos temas con un nuevo enfoque.

Has aprendido que es muy dañino forzarte a sentir amor cuando no lo experimentas. En tal caso, se usan los tipos equivocados de voluntad y de amor, y por lo tanto, se produce un resultado negativo. Sin embargo, también sabes que si no das amor, no puedes recibirlo. Por lo tanto, consciente o inconscientemente, tratas de forzarlo. Usas tu voluntad para producir un sentimiento que hasta ahora no existe en ti. Sin embargo, en el curso de nuestro trabajo juntos has aprendido que el proceso de crecimiento correcto es admitir ante ti mismo que hasta ahora eres incapaz de sentir amor. No puedes enfrentar correctamente esta condición que, por ahora, es la verdad. Es tu realidad presente. Si aceptas esto sin culpa ni juicio, con el tiempo entenderás porqué es así. Con este entendimiento, tu capacidad para amar es puesta en libertad automáticamente. Crece por sí misma.

Todos ustedes, sin considerar cuán exitosos sean en su trabajo de encontrarse a sí mismos, con sólo mirarse pueden observar cómo los sentimientos genuinos, cálidos y constructivos, nunca les pueden ser impuestos, sea por otros o por ustedes mismos. Los sentimientos genuinos siempre son espontáneos y vienen por sí mismos. Son un subproducto indirecto de la conciencia de sí y surgen espontáneamente, no determinados por tu voluntad externa, que es la voluntad que puede ser activada por tu determinación consciente. De aquí que el paso primordial sea siempre entenderte a ti mismo, de lo cual crece tu capacidad para amar. Aunque esto no sea nuevo, es necesario repetirlo dado que este conocimiento no es hasta ahora una parte integral tuya.

Hasta ahora, el énfasis ha estado principalmente en tu habilidad para amar. Dado que quieres ser amado, tu preocupación principal ha sido no amar, porque a menudo esto es responsable por el fracaso de relaciones que querrías que resulten bien. Se requiere una considerable percepción interior para descubrir que lo que pensabas que era amor, no era tal cosa. Muchos de ustedes han llegado hasta allí, al menos en alguna medida.

Consideremos ahora las relaciones desde un punto de vista muy diferente. ¿Qué pasa si has amado realmente y sin embargo has sido desairado, rechazado? Muchos de ustedes tienen preguntas intrigadas acerca de esto. No entiendes porqué ha tenido lugar el rechazo, de una forma u otra, cuando tienes la certeza de que tú tenías una fuerza de amor tan genuina y fuerte. Si esta fuerza de amor no estaba enteramente libre de las corrientes infantiles, estaba al menos mezclada con amor real. Esto te confunde, dado que sabes que el amor es la clave de la vida y de las relaciones humanas. Entonces, ¿por qué no funciona?, podrás preguntarte. ¿Siempre hay corrientes egoístas, codiciosas e inmaduras en el alma humana? Pero entonces nadie podría jamás recibir amor, dado que ningún ser humano es completamente perfecto. Al mismo tiempo, observas que algunas personas, que ciertamente tienen menos capacidad para el amor genuino que otras, reciben mucho más amor. Esto no sólo te confunde sino que también aumenta tus sentimientos de inseguridad y de duda de ti mismo, de injusticia y de sentirte víctima. Examinemos este tema y logremos una visión más clara.

Es igualmente dañino y destructivo amar demasiado, y por lo tanto sin sabiduría, que amar demasiado poco. Hablamos aquí de un amor personal que demanda amor a cambio, no de un amor desapegado que siente cuándo soltar y cuándo tener cálidos sentimientos humanos de simpatía y entendimiento, sin demanda. Pero el tipo de amor - sea en las relaciones de pareja o en las amistades personales - que necesita y quiere poseer, puede ser tan destructivo al dar más de lo que el otro quiere como al dar demasiado poco. Amar demasiado cuando el otro no quiere, es tan insensible, egocéntrico y codicioso como amar demasiado poco. Hasta ahora no entiendes esto.

Si una persona es incapaz de recibir tu amor y se asusta por él pero aun así tu deseo de amar frustrado sale con una fuerza más fuerte de lo que la otra persona es capaz de enfrentar, tu corriente hará que esa otra persona se retraiga con miedo. Cuando eres inconsciente de tus propios procesos internos, no eres sensible a esto. Simplemente te sientes rechazado y estás ocupado con este insulto. Tal como podrás ser insensible a la necesidad de otros de recibir tu amor porque tienes demasiado miedo como para salir de tu caparazón, así podrás ser insensible a la necesidad de otros de no recibir más de lo que pueden soportar en ese momento. Entonces no respetas el derecho integral del otro a no ser receptivo a lo que tú deseas dar. Para ti es una cuestión de todo o nada. Si todo tu amor no es recibido, te retraes y se vuelve nada. Pero si te das cuenta de la lucha interna de la otra persona, si creces lo suficiente como para dar sólo lo que puede ser recibido, puede llegar a existir otro tipo de relación que podrá ser muy gratificante. Pero te la pierdes por tu ignorancia interior.

Podrá ser perfectamente verdadero que la incapacidad de la otra persona refleje su inmadurez emocional, sus problemas interiores y sus conflictos. Pero tú te enojas con esto. Niegas el derecho del otro a poner un límite, que tú podrás reclamar para ti mismo en una versión un poco diferente. Entonces fluctúas entre imponerle a alguien una corriente de amor abrumadora que no puede ser recibida, y sentirte resentido y retraerte. Hasta ahora eres incapaz de preservar un sentimiento de respeto y de agrado si la gran fuerza de tu amor no es bienvenida. En tu enojo, usas el arma de convertir un sentimiento positivo en uno negativo. Sientes resentimiento, rechazo y orgullo, y te retraes, ya sea de esa persona en particular o de amar nuevamente. Muchas veces te encuentras en este desequilibrio destructivo sin ser realmente consciente de ello. Con esta actitud, destruyes relaciones potenciales que podrían llegar a tener mucho sentido.

Hemos hablado a menudo de tu propias actitudes, de tu capacidad para dar y recibir. Si tú eres la persona incapaz de amar y recibir, tú que estás en este camino, sabes qué hacer con respecto a eso. Miras dentro de ti hasta que logras conciencia de ti mismo y entiendes qué es lo que te está pasando. Pero si es la otra persona la que tiene esta incapacidad, entonces estás intrigado y confundido. Con este nuevo entendimiento puede ser que aprendas a enfrentar el problema. Ahora aprenderás no sólo a preguntarte acerca de tu capacidad para dar y recibir sino también a cuestionar la capacidad del otro con respecto a esto. Sabiendo la importancia de esto, te volverás sensible a ello y no avanzarás simplemente con precipitación de un modo ciego. Aprenderás a oír lo que está por detrás de las palabras, a interpretar los signos y a percibir qué es lo que pasa en la otra persona aun si ella no es consciente de ello.

Estas palabras están dirigidas particularmente a aquellos amigos que no son predominantemente retraídos, que están ávidos de dar y relacionarse y que sin embargo, se encuentran constantemente obstaculizados porque el objeto de su afecto no está dispuesto a recibir la fuerza demandante y poderosa que emana de ellos. Si fueses menos defensivo, menos obstinado en hacer tu voluntad, si te ocupases menos del rechazo o la frustración de tu voluntad inmediata, desarrollarías nobleza de espíritu para respetar la incapacidad del otro, aún si ésta fuese “enferma”. Esta actitud establecería entonces una relación humana, mientras que tu dar codicioso y egocéntrico, la destruye.

Permite que la otra persona sea lo que es, permite que reaccione de manera diferente a como tú deseas ser recibido. De este modo, tu vida será más rica por muchas razones - no sólo porque tendrás relaciones con más sentido sino también porque serás menos dependiente de que prevalezca tu voluntad. Serás capaz de soltar al otro pero aun así gustar de él y respetarlo, aun si conoces su incapacidad. Aun si la respuesta de la otra persona es “inmadura”, no importa. No te rehuses a otorgarle al otro el derecho que deseas para ti mismo. Observa tu actitud y tus corrientes más internas desde esta perspectiva y con el tiempo, te volverás consciente del significado de tu avance precipitado. Ya no considerarás esto como un bien por el cual eres castigado injustamente por la vida; verás el egoísmo y la codicia intrínsecos de este avance precipitado. Al hacer esto con calma, automáticamente madurarás también con respecto a ello. Desarrollarás respeto y decencia, si puedo usar esta palabra, para permitirle a la otra persona que sea a su manera. Tendrás la generosidad y la nobleza de espíritu como para dar un paso hacia atrás y soltar, y para estar más finamente sintonizado con las necesidades del otro - si él o ella quiere recibir más de lo que tú das o menos de lo que quieres dar. Si esto sucede sin desprecio, sin resentimiento hacia el otro ni hacia ti, sin dudar de ti mismo ni menospreciarte, entonces por cierto que habrás crecido. Tal vez hasta ahora puedes enfrentar de un modo maduro que no acaten tu voluntad sólo en un nivel superficial de tu ser. Pero, ¿lo aceptas también cuando alcanza las capas más profundas de tu personalidad? Hazte esta pregunta; mira muy de cerca lo que te es revelado y si estás dispuesto a aceptar la percepción interior que viene. Al crecer de esta manera, no renunciarás a algo rico que anhelas; sólo parece ser así al renunciar a tu voluntad inmediata. En realidad, te volverás más rico, no sólo en espíritu, madurez, seguridad de ti mismo y respeto por ti mismo, sino también más rico en tus relaciones humanas.

Pero, nuevamente: si hasta ahora eres incapaz de sentir de un modo así de maduro, no te fuerces a hacerlo. En vez de eso, mírate al extender esta fuerza grande y demandante y observa tu reacción cuando es rechazada. Mira la fuerza en acción, experiméntala sin juzgarte. Éste es el único modo, como digo una y otra vez.

La felicidad y el amor no pueden ser procesos volitivos, mis amigos. Llegan al observarte a ti mismo sin juzgar lo que es bueno o malo, correcto o equivocado.

Ahora bien, mis amigos... ¿Eres demasiado temeroso para amar? ¿Eres demasiado retraído? ¿No te atreves a ir hacia el mundo y las relaciones y te ocultas en cambio en tu propio rincón cada vez que alguien te extiende la mano, cada vez que te ofrecen amor? En tu miedo, ¿podría ser que ni siquiera reconozcas el amor cuando llega para no cargarte con la culpa de rechazar aquello que también ansías? ¿O eres uno de aquellos que está constantemente listo para dar generosamente, pero tal vez demasiado generosamente, porque por tu necesidad y quizás también por codicia infantil no le prestas atención al otro, no puedes estar cómodo, relajarte y mirar con calma a la otra persona? ¿O son tal vez un poco de ambas cosas, mis amigos?

Mírate desde este punto de vista. Y al hacerlo, poco a poco, a través de tu conciencia de ti mismo incrementada, se desarrollará tu sensibilidad a las necesidades de la otra persona. Sentirás que no es una cuestión de que la otra persona no quiera recibir nada de ti, sino que quizás no lo quiere en este momento, de este modo. Quizás sea más fácil para el otro salir de su caparazón cuando no se enfrente con un poder de amor que es tan demandante y enérgico.

Demasiado a menudo ambas distorsiones existen en ti simultáneamente. Por un lado, podrás tener miedo si te encuentras con una demanda fuerte. Sin embargo, cuando esta demanda está ausente, extiendes tu propia demanda sin ver realmente lo que se te ofrece.

Vayamos ahora al tema de la voluntad. Hemos hablado de él en el pasado desde muchos puntos de vista diferentes: la obstinación en la voluntad propia, la voluntad externa y la interna, y las diversas manifestaciones de la fuerza de voluntad sana y malsana. Veamos ahora otra de las manifestaciones negativas y algunas razones más de porqué la voluntad no funciona correctamente.

(1) Cuando no eres consciente de lo que quieres, aun si lo que quieres es en sí mismo sano y productivo, el hecho mismo de que no ser consciente de ello habrá de producir un resultado negativo. ¿Por qué? No a causa del deseo mismo sino a causa de la razón por la que necesitas esconderlo. Tal inconsciencia, que una vez fue deliberada, se reduce realmente a autoengaño. Quieres algo, pero sientes que lo que quieres es incorrecto, entonces tratas de creer que no lo quieres. Externamente, simulas ante ti mismo y ante el mundo que no quieres lo que internamente sí quieres. Y es este autoengaño lo que causa el resultado destructivo, no la cualidad del deseo mismo: si el deseo es moralmente aceptable o no. La responsable es la conciencia rota con todas sus connotaciones. Entonces, no quieres lo que quieres.

Estás tan inseguro de ti mismo y de si lo que deseas es correcto que suprimes, y finalmente reprimes, tu capacidad de desear, tu fuerza de voluntad. Podrás transformarlo de manera tal que reaparezca bajo una forma modificada por concesiones, pero la falta de claridad produce una espesa neblina en tu psiquis, un clima malsano que obstaculiza tu autoexpresión. Si es un deseo malsano, no puedes tratar con él porque ya no eres consciente de su existencia. Pero bien puede ser un deseo muy sano que no dejas entrar en la conciencia porque deseas cumplir con pautas superpuestas por tu sociedad, por la opinión pública - o por lo que tú piensas que son éstas. Entonces podrás forzarte a vivir con algo que es muy inferior a tu propia voluntad, la voluntad de tu yo real. La razón para hacerlo es puramente negativa. Es la falta de coraje para ser tú mismo, la necesidad exagerada de agradar o algunas otras razones que conoces a partir de conferencias pasadas y de tu trabajo. Por lo tanto, un deseo productivo resulta ser improductivo, o aun destructivo a veces, si eres inconsciente de él.

(2) Otra razón por la cual la fuerza de voluntad o la capacidad de desear se vuelve improductiva es que te hayas escindido en dos direcciones. Hemos hablado de esto ampliamente con anterioridad. Si tu voluntad se mueve en parte hacia una dirección y en parte hacia otra, experimentarás un resultado muy negativo. Tus esfuerzos se verán obstruidos y experimentarás fracaso y frustración. A menudo, podrás creer erróneamente que tal fracaso ocurre por razones morales, pero no es así. Ambas direcciones podrán ser moralmente adecuadas pero el hecho de que no estés en armonía contigo mismo produce lo que inconscientemente podrás considerar como castigo.

(3) Si tu voluntad es tan fuerte que no considera los obstáculos ni respeta las inclinaciones de otras personas, si no toma en consideración la realidad de la otra persona, si la fortaleza del deseo es más fuerte de lo que es apropiado en la realidad, entonces anulas tu propósito.

(4) Si muestras demasiada poca voluntad, si eres resignado y retraído, si te vuelves apático y eres demasiado temeroso como para desear llevar una vida llena de sentido, si no te atreves a hacer lo que es necesario para producir por ti mismo una vida llena de sentido sino que esperas que te la dé alguna autoridad, entonces discapacitas tu fuerza de voluntad y tu capacidad de desear.

Estos cuatro aspectos impiden que tu voluntad y tu capacidad de desear fluyan de manera sana, relajada y estable. Mucha confusión proviene de tu tendencia a ver algo como correcto o equivocado, bueno o malo. ¡Existen tantas teorías - espirituales, religiosas, filosóficas o psicológicas - acerca del uso de la voluntad! Existe la escuela de pensamiento que dice que para tener paz no debes perseguir resultados. No debes tener ninguna fuerza de voluntad. Debes soltar. Y hay otra escuela de pensamiento que dice que sin voluntad no puede haber vida ni plenitud. ¿No se dan cuenta, mis amigos, que ambos puntos de vista aparentemente opuestos son correctos, y sin embargo, ambos pueden estar equivocados? Les he mostrado muchas veces cómo surgen las confusiones cuando puntos de vista opuestos pueden ser tanto correctos como destructivos.

Si tu voluntad se encuentra en alguna de estas categorías que mencioné - si es esforzada, si está gobernada por motivos inmaduros, si eres inconsciente de ella, si está escindida, si es compulsiva y demasiado ávida - entonces es muy verdadero decir, suéltate, relaja tu obstinación en hacer tu voluntad. Pero si tu voluntad no funciona en absoluto o funciona de manera insuficiente, ¿cómo puedes crecer? Entonces necesitas la voluntad para crecer, vivir y amar. Y sin embargo, en otro nivel, no la necesitas. No puedes usar fuerza de voluntad directa para hacerte sentir lo que no sientes, aunque puedas quererlo. Pero necesitas tu voluntad para observarte con franqueza y sin autoengaño, y a partir de esta observación, tu capacidad para amar y vivir crecerá automáticamente. Encuentra las fuerzas unificadoras que se encuentran por debajo de la escisión de tu voluntad para ayudarla a crecer unida en una sola corriente.

Si deseas verdaderamente buenas relaciones, debes querer tenerlas pero sin forzarlas y sin esperar un resultado inmediato. No te apresures para lograr un resultado en particular, atado a un límite de tiempo, limitado en el tipo de relación por tu propia elección. Las relaciones incluyen a los demás: también tienes que tomarlos en cuenta, no sólo a ti mismo. Si no los tomas en cuenta de esa manera, anulas la relación. Si este tomar en cuenta se aplica a las manifestaciones externas y obvias o concierne a las actitudes emocionales ocultas, no hace la menor diferencia.

Estoy apuntado a la combinación correcta de desear y tener voluntad mientras que se deja libertad: la obstinación en la voluntad propia se va, mientras que la buena voluntad permanece. Esta buena voluntad tiene que ser cultivada de nuevo, una y otra vez. Cuando la tienes, sueltas la obstinación en la voluntad propia mostrando tolerancia hacia el cómo y el cuándo. Cultivas también una conciencia de tus propias corrientes perturbadoras como así también de las necesidades y la voluntad del otro, mientras permaneces sintonizado con las fluctuaciones y los cambios, ya que nada que está vivo permanece estático. Sólo un espíritu libre puede estar lo suficientemente alerta y relajado como para seguir la corriente de condiciones eternamente cambiantes que emana de los demás, de uno mismo y de las circunstancias de la vida. Para hacerlo, tu voluntad sana tiene que funcionar, no puedes carecer de voluntad, pero debes estar libre de las rígidas condiciones de la obstinación en la voluntad propia que dicta todos los detalles. Esto describe la diferencia entre la voluntad externa y la interna. La voluntad interna viene de tu yo real, que es intrínsecamente libre. Si le das libertad, ya no estarás confinado por las restricciones de la obstinación en la voluntad propia.

Por cierto que sin voluntad no puede haber vida ni crecimiento. Si deseas lograr tu plenitud y la plenitud de tu potencial, la voluntad externa, esforzada, a menudo es un obstáculo. Es la voluntad interna, libre, la que ha de ser cultivada para hacer que la plenitud ocurra indirectamente. El abordaje directo es la conciencia, y ésta no viene por sí misma. Requiere tu voluntad relajada. Si la voluntad está asociada con juicios morales, se transforma en destructiva porque la verdad se vuelve inaccesible. Si puedes dirigir la voluntad para que vaya más allá de tu tendencia a moralizar y se enfoque en cambio en lo que es verdad en vez de hacerlo en lo que es correcto, la voluntad producirá verdad y, por medio de eso, amor.

En cualquier área de tu vida en que hayas realizado tu potencial y experimentado plenitud en alguna medida, tendrás que haber renovado constantemente tu voluntad sana. Mira hacia atrás y verás que esto es así. Para obtener cualquier cosa que desees, tienes que cultivar la voluntad una y otra vez de un modo relajado y generoso, y no formulando tus propios conceptos limitados, deseando este éxito en particular o esa relación específica. Tal actitud, sea o no consciente, te esclavizará. Debes tener la intención de que el cultivo interno de tu voluntad - sea para el crecimiento, la conciencia de ti mismo, para realizar un potencial o establecer una relación llena de sentido - sea para el todo. Sin embargo, para las partes debe ser flexible, debe adaptarse a circunstancias y condiciones siempre cambiantes. Con esta actitud tendrás la generosidad de espíritu como para permitir que las diversas fuerzas de vida que vienen de tu yo real y de la otra persona funcionen de un modo armonioso.

Ahora, mis amigos, estudien estas palabras - y cuando digo estudien no me refiero a un entendimiento exclusivamente intelectual, el cual a menudo impide la absorción interna, y por lo tanto el crecimiento. Trata de percibir lo que digo con tu yo más interno. No trates de empujarte a vivir de acuerdo a todo esto. Percibe en cambio, dónde, cuándo y cómo te desvías, sin juzgarte ni obligarte a ser diferente inmediatamente. Sólo percíbelo. Al proseguir en tu trabajo privado en este camino, lograrás un entendimiento aún más profundo; desde este ángulo te entenderás mejor, y entonces entenderás a los demás y a la vida de un modo más profundo.

Ahora bien, ¿hay preguntas acerca de este tema?

PREGUNTA: ¿Puede este dar-demasiado compulsivo conducir al sadismo? Y por otro lado, ¿es típico del misionero?

RESPUESTA: Con respecto a la primera pregunta, sería una simplificación excesiva y también sería incorrecto decir que esto conduciría al sadismo. No. Pero dado que en la psiquis humana todo está interconectado, en algunas instancias uno podrá encontrar un vínculo. Pero, por la misma razón, podrá estar conectado con el masoquismo. Tanto el sadismo como el masoquismo, los cuales, como sabes, son sólo dos lados de la misma moneda, están condicionados y son producidos no por una sino por muchas facetas del alma humana.

Con respecto a tu segunda pregunta, hay verdad en lo que dices. Toda vez que una persona quiere imponerle algo a otra, sea amor o una creencia, esto proviene de la obstinación en la voluntad propia. Tal persona actúa a partir de la compulsión. No diría que todos los misioneros tengan necesariamente esta tendencia, pero muchos podrán tenerla. Si tienes que ofrecer amor o salvación, se requiere sabiduría para aceptar que tu voluntad y tus ideas no sean bienvenidas por la otra persona. Se requiere más madurez y sabiduría de las que tiene la mayoría de la gente, y por sobre todo, se requiere conciencia de sí para dejar que el otro sea libre, aun en su estado incompleto.

Con respecto a las doctrinas, por más bella que suene una doctrina, nada discapacita más el espíritu y el alma que adoptar una doctrina superpuesta, aunque sea una correcta. He hablado mucho de esto anteriormente, sin embargo, no se puede enfatizar lo suficiente que el crecimiento interior y la libertad pueden llegar sólo si eres tu mismo. A través de un camino tal como éste llegarás a experimentar internamente lo que algunas doctrinas podrán enseñarte en palabras. Ésa es la única creencia que es genuina y que hace avanzar el crecimiento.

PREGUNTA: Cuando estabas hablando acerca de la voluntad que está por detrás del amor, mencionaste que ésta es alimentada por el deseo, por un deseo. Una voluntad, ¿no es alimentada también por la experiencia y el juicio? La razón por la que pregunto es porque cuando hablamos de amor, también tenemos que hablar acerca de incompatibilidad emocional.

RESPUESTA: Por supuesto, la voluntad es determinada también por la experiencia y por lo que has aprendido, no sólo por tus necesidades más internas. Es una percepción interior bastante importante determinar cuál de tus necesidades es real. Aun si esta necesidad, tal como existe ahora, es infantil e inmadura, sabes que es mucho mejor para ti reconocer que la tienes. Eso no significa que tienes que ponerla en acción necesariamente. Sé completamente consciente de que existe. Entonces, la necesidad se transforma en voluntad. Una necesidad genuina - aun si es imperfecta e inmadura - transformada en voluntad, es más sana que una voluntad madura y sana que se superpone por medios externos, que está determinada por las influencias educativas y por las opiniones de los demás que podrás haber adoptado por una u otra razón. Esa superposición conduce a la autoalienación de la que hemos hablado tan frecuentemente. Aun tus propias experiencias personales del pasado podrán ser engañosas porque están condicionadas por tus patrones, imágenes y nociones preconcebidas. El alcance limitado de las experiencias, como así también tu perspectiva prejuiciosa de ellas, no te dará la libertad de la realidad. Podrá impedir que te encuentres con la vida de manera nueva para así ampliar verdaderamente tu horizonte y tu habilidad para experimentar la vida tan plenamente como sea posible. Sin embargo, si vives siendo fiel a ti mismo, por imperfecto que este yo pueda ser todavía, la espontaneidad y la conciencia de quién eres realmente y qué deseas en cualquier momento, te liberará de las cadenas de la limitación, de los preconceptos y de una perspectiva estrecha y rígida, todo lo cual es el resultado de no mirar hacia ti mismo.

Manipular tu voluntad de acuerdo con lo que sabes o piensas que es correcto, o aun de acuerdo con tus limitadas experiencias pasadas, discapacita la espontaneidad del yo real. Aun si tu deseo real es algo improductivo y tú enfrentas este hecho - no necesariamente poniéndolo en acción - eso será mucho más sano que desear algo que no es un real deseo tuyo. Si tu voluntad está determinada por el miedo, ni siquiera llegas al deseo real o a la necesidad que está por detrás de él. Si determinas tu voluntad por algo que está superpuesto y que no es experimentado por tus emociones que todavía son infantiles, vas a tener dificultades mucho mayores que si desechas la superposición, porque sólo haciendo esto podrás atravesar la puerilidad y llegar al área de tu ser donde esta puerilidad misma reciba las fuerzas del alma que la harán crecer y transformarse.

Con respecto a la cuestión de la incompatibilidad, no entiendo muy bien qué es lo quieres saber.

PREGUNTA: Si mi deseo infantil y mi amor y mi voluntad están dirigidos hacia una relación humana donde hay una incompatibilidad, entonces, ¿todo está mal, si tal palabra expresa lo que quiero decir?

RESPUESTA: Si entiendes realmente lo que dije en esta conferencia, tu pregunta estará respondida. Si hay tal incompatibilidad es sólo porque la voluntad - de uno o tal vez de ambos miembros de la relación - es inyectada a la fuerza en una relación que no es factible para estas personas en particular. Entre estas personas podría existir otro tipo de relación, pero la gran fuerza de la voluntad elimina la posibilidad real. No se percibe aquello que es posible porque la voluntad está fija en otra cosa. La realidad debería ajustarse a lo que deseas que sea. Es así como llegan a existir tales problemas de incompatibilidad.

PREGUNTA: Me gustaría hacer una pregunta para mi nietito. Él vive con miedo la mayor parte del tiempo. Como resultado de este miedo, se enferma constantemente. Ahora bien, este miedo es que aquellos que ama, todos sus seres amados, sean hostiles entre sí. Y que si él ama a uno, el otro se retraiga. Está constantemente desgarrado. Me pregunto si podrías mostrarme algún camino.

RESPUESTA: Realmente no hay nada que pueda decir que ya no sepas. Sin embargo, trataré de ayudar. En primer lugar, todos ustedes tienen que enfrentar completamente que lo que él teme es correcto. No es un invento, no es una imaginación de su parte. Si enfrentan este hecho completamente, y no reconociéndolo sólo de modo superficial, tal conciencia por parte de todos ustedes ya tendrá un efecto sanador - no sólo en él sino en todos los involucrados.

Cuando enfrentes este hecho completamente, te encontrarás con el problema de tu propia culpa. Esta culpa también tiene que volverse completamente consciente. Tal conciencia enfocará muy claramente la pregunta: “¿He causado un problema interno en este niño a causa de mi propia imperfección? ¿Cómo puedo vivir con tal conocimiento?“ Tu conocimiento inconsciente de esta pregunta apremiante te hace rehuir el enfrentarla y te vuelves más compulsivo tratando de eliminar estos sentimientos destructivos que evidentemente son responsables por el miedo del niño. Cuanto más compulsivamente quieras librarte de los sentimientos destructivos, más tendrás que simular que sientes lo que no sientes realmente. Y esto, a su vez, agrava el problema en él y en todos ustedes. Aumenta el miedo y la culpa en todos ustedes. Sin embargo, si te enfrentas con aquello que sientes y lo entiendes completamente yendo hasta sus raíces - lo cual puede hacerse sólo sin culpa y sin juzgarte a ti mismo o a los demás - entonces empiezas a cambiar la atmósfera aun mucho antes de poder sentir de un modo diferente. Entonces esto habrá de ayudarlo.

Oh, puedes decirle muchas cosas y él, ciertamente, tiene un entendimiento inusual con respecto a esto. Pero lo que le digas, no lo ayudará realmente a menos que enfrentes lo que es, sin moralizar acerca de nadie sino simplemente aceptando tu inmadurez y, al hacerlo, aprendiendo más acerca de ella. Tal actividad aliviará la atmósfera tensa que produce su miedo. La tensión es causada principalmente por tu esfuerzo compulsivo para ser algo que aún no puedes ser porque no entiendes completamente las raíces. Acepta este proceso lento de tu crecimiento. Quita la compulsión y la impaciencia, y entonces los sentimientos imperfectos de hostilidad serán menos dañinos que la compulsión a superarlos.

Con tal perspectiva, todos ustedes entenderán verdaderamente que él también trajo a esta vida sus problemas sin resolver, tal como ustedes trajeron los suyos. El entorno sólo hace salir aquello que ya existe. No puede hacer salir aquello que no está allí desde el principio. Él tiene que vivir sus problemas, tal como se requiere que tú vivas los tuyos. Tus padres imperfectos y las condiciones imperfectas del entorno simplemente trajeron los problemas a primer plano. Pero esta verdad será una experiencia personal sólo si - y cuando - te deshaces de tu apuro, tu falta de aceptación de ti mismo, tu dependencia de complacer las pautas morales de los demás para ser aprobado, como así también de tu culpa y tu miedo. Hasta que llegue ese momento puedes ayudarlo haciendo calladamente este trabajo de conciencia y aceptación de ti mismo.

Sabes todo esto, pero muy a menudo no lo aplicas a los pequeños sentimientos de todos los días que dejas pasar sin volverte consciente de su existencia y por lo tanto, de su importancia más profunda. Hacerlo te haría capaz de percibir el efecto que ustedes tienen los unos sobre los otros - y en esto tu perspectiva, la de todos ustedes, todavía es limitada. Eso es algo que todavía no has tomado en cuenta. No realmente.

PREGUNTA: ¿Quieres decir yo, personalmente? ¿O quieres decir todos nosotros?

RESPUESTA: Al menos tú y tu hija, que están en este trabajo de encontrarse a sí mismos. Ambos han encontrado en sus descubrimientos acerca de sí mismos que lo que él teme es realmente así. Han seguido este patrón de división de lealtad. Para este momento ya entienden - y esto es una gran mejora - no sólo que eso es así, sino hasta un cierto punto, porqué es así. Pero hasta ahora no entienden ni experimentan el efecto que esto tiene en otros y que ese entendimiento también ayudará al niño, ni son sensibles a ello. Entender sin moralizar.

PREGUNTA: ¿Existe una cosa tal como la numerología, que ciertos números son favorables y otros no?

RESPUESTA: Aconsejo fuertemente en contra de tales cosas. Muy fuertemente.

PREGUNTA: ¿Es el plan de la naturaleza que un niño desarrolle una reacción, una neurosis, en contra de uno de los padres o de ambos, sin que importe lo buenos o gentiles que esos padres resulten ser?

RESPUESTA: Por cierto que no es el plan de la naturaleza. No. Esto muestra nuevamente una concepción completamente equivocada de lo que es el ser humano y de lo que es la vida. Es el hacer humano. El único modo en que puedes captar y entender porque habría de ser que ciertos niños tengan las circunstancias mejores y más favorables y desarrollen las así llamadas neurosis, mientras que en otros casos las condiciones podrán ser extremadamente desfavorables y aun así existir comparativamente poca neurosis - no podemos decir ninguna ya que ningún ser humano está libre de ella - el único modo de entender esto es que no naces sólo una vez, sino que vienes una y otra vez con los problemas que hasta ahora están sin resolver. No es la naturaleza la que te dio estos problemas.

PREGUNTA: Una vez nos dijiste que era más fácil trabajar en este camino aquí en la Tierra que en el mundo del espíritu. Pero sabemos que nuestros amados también se están desarrollando. Ellos también están trabajando para su autorrealización y son ayudados por nuestro trabajo en nosotros mismos. ¿Podrías explicar cómo funciona esto?

RESPUESTA: El crecimiento y el desarrollo de uno mismo pueden tener lugar, en cierta medida, en todas las esferas de ser. Pero allí donde existen los mayores impedimentos y obstáculos, el crecimiento puede ser el más efectivo, siempre y cuando la persona en cuestión así lo desee. Los problemas profundamente implantados no pueden ser traídos a primer plano sin impedimentos y obstáculos. No pueden manifestarse y por lo tanto, te falta conciencia de ellos. Sin tal conciencia no puedes crecer y dejarlos atrás. Expliqué todo esto en el pasado.

En esferas espirituales donde vives sin tu cuerpo físico, estás en una vida donde no te encuentras con los impedimentos causados por la materia. Uno todavía puede crecer y desarrollarse en cierta medida sin este obstáculo pero, ciertamente, no en la misma medida que en la Tierra. La materia es un impedimento constante. Ésta es una resistencia. Hemos hablado acerca de la resistencia psicológica pero ése es sólo un aspecto, un pequeño fragmento de la resistencia como tal. La vida en la Tierra, la vida en la materia, es una resistencia. Si no tuvieses ninguna resistencia, no podrías vivir en absoluto. Sin embargo, cuando resistes demasiado te discapacitas de manera acorde, y si la medida pasa un cierto límite, tampoco puedes vivir. La vida en la Tierra requiere un cierto equilibrio entre no tener demasiada resistencia ni tener demasiado poca. Lo mismo es verdad con respecto a la voluntad. La voluntad es una fuerza que supera la resistencia de la materia, la resistencia de la separación. Si la voluntad es demasiado fuerte, es dañina, y si es demasiado pequeña no superará lo suficiente la resistencia de la materia. Es así como puedes crecer mucho más rápido a causa de la resistencia. Aprendiendo a ir con la resistencia, te desarrollas internamente exactamente en la medida correcta, con el equilibrio correcto. No es necesario decir que esto no puede aprenderse por medio de reglas, leyes y doctrinas que absorbas con tu cerebro. Éste es un sentimiento interno que se desarrolla a partir de un pathwork tal como el que estás haciendo. Es intuitivo, no aprendido. Creces para calzar en la corriente correcta del grado particular de resistencia que necesitas. No es el mismo para todos. Cada persona tiene una vibración o frecuencia personal, la suma total de su ser entero, externo e interno. De acuerdo con esta vibración personal la resistencia tiene que calzar por así decirlo, con la resistencia general de la materia. En la medida en que vivas productiva y armoniosamente, tu vibración estará en armonía con la resistencia general de la materia. Es por esto que el desarrollo prosigue mucho más rápido en la Tierra.

Sean benditos, cada uno de ustedes. Que estas palabras hagan eco nuevamente en su ser más interno. Que se vuelvan fructíferas para ustedes, tal vez no inmediatamente, tal vez sólo en los meses venideros o aun en años, cuando en su trabajo de encontrarse a sí mismos lleguen al punto en que realmente entiendan lo que les dije esta noche. Permanezcan en paz, mis queridos. ¡Permanezcan en Dios!




Conferencia de Pathwork nº 100

ENFRENTAR EL DOLOR DE LOS PATRONES DESTRUCTIVOS

Saludos mis queridos amigos, Dios bendiga a cada uno de ustedes: bendita sea esta hora.
La mayoría de mis amigos, quienes trabajan actualmente en este camino, se han acercado a ciertas áreas problemáticas de su alma en las que encuentran dolor. Para entender el significado de este dolor me gustaría darles una visión general del proceso tanto para disolverlo como para resolver sus problemas y conflictos internos también. Parte de lo que aquí digo es ya una repetición del extenso trabajo que hemos hecho juntos estos años, pero trataré de darles una visión que les permita entender el proceso completo del trabajo, ya que tal entendimiento les ayudará a solucionar sus futuros conflictos y los capacitará para poder enfrentar el área afligida de su psique.
Primero recapitulemos: para empezar, el niño sufre por el amor y el afecto imperfecto de los padres; sufre también por no ser aceptada completamente su propia individualidad. Con esto me refiero al trato común y corriente que se le da al niño, en vez de darle su lugar como individuo. Por eso sufre, aunque probablemente nunca sea consciente en estos términos o pensamientos exactos. Esto puede dejar la misma cicatriz que dejaría la falta de amor o atención y causar las mismas frustraciones que causarían esa falta de amor o incluso la crueldad.
Este ambiente general en donde ustedes se desarrollan, los afecta en pequeños y constantes impactos que frecuentemente dejan una marca más profunda que la que dejaría una sola experiencia traumática importante y, por lo mismo, es más fácil curar la segunda que la primera. El constante ambiente de no-aceptación de tu
individualidad, así como la falta de amor y comprensión, causa lo que se le llama neurosis. De hecho, ustedes viven esto como algo que simplemente es así, como si lo merecieran; creen que así debe ser y, aunque sufran, la combinación de tal sufrimiento y la creencia de que no lo pueden cambiar, los condiciona a desarrollar defensas destructivas.
Esta frustración y el dolor original que el niño no puede manejar son reprimidos y se sumergen en la mente inconsciente; es entonces, cuando las imágenes destructivas y los mecanismos de defensa empiezan a formarse.
Ya hemos hablado ampliamente sobre estos diferentes mecanismos de defensa. Las imágenes que se crean son mecanismos de defensa que a su vez producen una conclusión equivocada, que busca la manera de pelear contra los factores no deseados que han creado el dolor original y, por lo tanto, las pseudo-soluciones que son una manera de pelear contra el mundo, el dolor y todo aquello que se trata de evitar.
Cuando la pseudo-solución se vuelve un abandono del sentimiento, del amor y de la vida, se convierte en una defensa para no ser lastimado y, sólo después de un considerable trabajo interno con uno mismo, se podrá ver cuan poco realista y sin sentido fue el remedio y se querrá cambiar, prefiriendo dar la bienvenida al dolor que sufrir la auto-alienación de no sentir nada o muy poco. A través de un trabajo continuo y habiendo atravesado valientemente por los periodos temporales de desánimo y resistencia, llegarás a un punto donde esta gruesa concha se rompa y entonces dejarás de estar muerto por dentro. La primera reacción no será placentera, no puede serlo, todas las emociones negativas reprimidas, así como el dolor reprimido saldrán a la consciencia y es entonces cuando te parecerá que tu retirada era correcta. Sólo después de una esforzada búsqueda tendrás sentimientos buenos y constructivos como recompensa, pero acerca de esto hablaremos con detalle más adelante.
Cuando tu pseudo-solución es la sumisión, la debilidad, la impotencia y la dependencia como medios para hacer que el otro te cuide -no necesariamente material sino también emocionalmente-, es de igual forma una solución ciega e insatisfactoria. La constante dependencia de otros crea miedo e impotencia, más aún, aumenta la ya existente falta de confianza en uno mismo. Así como la solución de abandonar mata tus sentimientos y roba el significado de tu vida, también la sumisión -como una pseudo-solución- te quita independencia y fuerza y no crea menos desolación que la primera, sólo que lo hace a través de un camino interno diferente. Originalmente tú deseabas evitar el dolor consiguiendo a una persona fuerte que viera por ti, pero de esta manera sólo creas más dolor, ya que nunca podrás encontrarla, esa persona tendrás que ser tú mismo.


Haciéndote deliberadamente débil, ejerces la más grande tiranía sobre los otros y no hay tiranía más grande que aquella que una persona débil ejerce sobre una fuerte o sobre su entorno. Es como estar continuamente diciendo: “Soy tan débil que tienen que ayudarme, estoy tan desamparado que ustedes son responsables de mí.
Los errores que cometo no importan pues no sé nada mejor y no puedo hacer nada al respecto, tienen que ser indulgentes conmigo y dejar que me salga con la mía. No se me puede exigir que sea totalmente responsable de mis acciones o no acciones, mis pensamientos y sentimientos o la falta de ellos, ya que me puedo equivocar pues soy débil, ustedes son fuertes y por lo tanto ustedes tienen que entender, ustedes no pueden equivocarse pues sus equivocaciones me afectarían”. La auto-indulgencia, la apatía, la auto-conmiseración de los débiles, ejerce severas demandas sobre sus congéneres y esto resulta evidente cuando se investiga e interpreta el significado de las reacciones emocionales que resultan de pensamientos concretos, de demandas no habladas.
Es una falacia creer que una persona débil es indefensa y lastima menos que una agresiva y dominante.
Todas las pseudo-soluciones conllevan dolor de una manera implícita, tanto hacia uno mismo como también hacia los demás. Mediante el retraimiento se rechaza a los otros y se retiene el amor que se tiene para darles y que ellos desean recibir. Por medio de la sumisión no se puede amar sino solamente se espera ser amado y no se ve que los otros también son vulnerables y débiles y que a su vez tienen sus propias necesidades; de esta manera rechazas toda su naturaleza humana y los lastimas. A través de la solución agresiva, alejas a las personas, lastimándolas abiertamente con una falsa superioridad. En todos los casos se lastima a los otros trayendo más dolor sobre uno mismo, ya que el dolor que se provoca no hace sino traer más dolor como consecuencia. Así, las pseudo-soluciones que se supone que son para eliminar el dolor original, sólo traen más dolor.
Todas estas pseudo-soluciones, además de otros aspectos, se incorporan dentro de la imagen idealizada. Ya que la naturaleza de la imagen idealizada es auto-amplificada, separa de los demás; ya que su naturaleza es un estado de separación, aísla y crea soledad con respecto a todos aquellos que se relacionan contigo; ya que su naturaleza es la falsedad y la pretensión, te aliena de ti mismo, de la vida y de los demás. Para lo único que sirve todo esto es para traerles dolor, heridas, frustración y vacío. Ustedes escogieron salir del dolor y la frustración, pero está probado que esa forma no solamente es inadecuada, sino que les trae más de aquello que desean dejar.
De cualquier manera, para darse cuenta claramente de este hecho y relacionarlo, se requiere del trabajo sincero y activo de la búsqueda interna.
El perfeccionismo que está profundamente enraizado en ustedes y en sus imágenes idealizadas, les hace
imposible aceptarse a ustedes mismos, a los demás, a la vida verdadera, a sus problemas diarios y a los
personales, provocando de esta forma el huir constantemente de la experiencia de vivir en la verdad.
La mayoría de ustedes, mis amigos, han estado en contacto con todos estos niveles y aspectos de sí mismos, han llegado a darse cuenta y tener una revelación que tiene que ver con sus conclusiones erróneas, conceptos equivocados, imágenes, pseudo-soluciones y son, al menos hasta cierto punto, conscientes de la naturaleza particular de su particular imagen idealizada. Tienen también idea de la forma en la cual se han auto-alienado y
cómo existe su perfeccionismo; por lo tanto, saben hasta qué punto pueden dañarse a ustedes mismos y a los demás, así como lo insatisfactorias que son estas pseudo-defensas y protecciones en ustedes mismos. Quizá no todos sean totalmente conscientes de estos factores, pero sí lo suficiente como para estar listos internamente, a fin de renunciar a ellos. Actualmente, algunos de ustedes han alcanzado el umbral de un verdadero deseo emocional
de dejar atrás todas estas defensas, abriéndose a un nuevo camino interior. Otros están aproximándose a esta fase muy rápido, debido a su perseverancia y deseo interior de continuar este trabajo con voluntad interna. El solo ejercicio de estar conscientemente observando las reacciones y emociones irreales e inmaduras, debilita su impacto y, automáticamente, se inicia así el proceso de disolución. Cuando cierta disolución toma su lugar, la psique está lista para cruzar el umbral, pero el acto de cruzarlo es doloroso al principio. 
Ustedes esperarían que, al cruzar este umbral, los nuevos patrones pudieran reemplazar inmediatamente a los destructivos, pero esto no es real ni tampoco está de acuerdo con la verdad; tales patrones positivos no pueden tener una base sólida hasta que antes experimenten y atraviesen el dolor original, la frustración y todo lo que evadieron en su momento. Eso de lo que huyeron tiene que ser enfrentado, sentido, experimentado,
entendido, manejado, asimilado, antes de que lo malsano e ilusorio se disuelva, lo inmaduro hay que madurarlo y, con el fin de que trabaje constructivamente para ustedes, traer a sus canales correctos el impulso sano, pero reprimido. Entre más tiempo se tarden en atravesar este doloroso proceso, se hará más difícil y tardado estar listo para pasar de la niñez al adulto maduro. Aun si ustedes murieran en esta vida siendo niños todavía, tarde o temprano, a lo largo de su desarrollo espiritual, tendrían que atravesar dicho umbral. Este dolor es un dolor sanode crecimiento y la luz estará a la vista siempre que estén dispuestos a atravesar la resistencia a este proceso. Lacapacidad para empezar a trabajar con la fuerza, la auto-confianza, las ganas de vivir a tope con todos sus patrones constructivos, se vuelve una amplia compensación por todos los años de vida destructiva e improductiva, como también compensa el dolor de cruzar el umbral hacia la madurez emocional. 
¿Cómo esperas escatimar o prescindir de la experiencia del dolor que tú mismo creaste con patrones
destructivos? El propósito era alejarte de algo que ocurrió en tu vida (si real o imaginario, no es importante) y es este proceso de pensamiento de huir de las cosas por no enfrentar o encarar tu realidad, el que causó la
enfermedad de tu alma, por no estar de acuerdo con tu realidad, de aquí que ésta sea el área que hay que asumir ahora. Éste es por lo que se encuentran confundidos todos los que de alguna manera han dado los primeros pasos hacia el umbral, ya que no se explican a qué se debe el dolor tan agudo que experimentan y, por lo regular sucede así, pueden tener una idea vaga y algunas respuestas parciales. Es por ello que esta conferencia les ayudará a entender la razón más profundamente.
Intelectualmente hablando, todos ustedes saben que este camino no es un cuento de hadas donde
encuentren sus desviaciones, conceptos equivocados, evasiones y lo que sigue es puro éxtasis. Por supuesto que es verdad que una vez que se hayan liberado de todos sus errores y desviaciones, están destinados a encontrar la felicidad, pero para que alcancen ese estadio todavía hay muchas áreas de sus almas que tendrán que experimentar antes de que su psique esté verdaderamente equipada para crear lo mejor de la vida. Aún después de que se ha resuelto el dolor agudo y ya no esté presente, sigue existiendo la esperanza irreal, aunque inconsciente de que la vida siempre concederá lo que más desean, pero no mis amigos, la realidad es mucho mejor, realmente aprenderán a arreglárselas con los contratiempos y dificultades en lugar de quebrantarse con ellos. El no fortalecer sus defensas destructivas, los equipará con las herramientas para sacar lo mejor de cada oportunidad y derivar el máximo beneficio y felicidad de cada experiencia de su vida.
Resulta innecesario decir que esto nunca lo hubieran logrado con sus mecanismos defensivos, destructivos e imágenes. Déjenme repetir aquí lo que siempre he dicho: primero los eventos negativos externos seguirán llegando a ustedes como resultado de los patrones inculcados en el pasado, pero ustedes los enfrentarán de manera diferente. Aprendiendo a hacer esto se harán conscientes de muchas oportunidades de felicidad a las que permanecían ciegos en el pasado. Es de esta manera como se empiezan a cambiar los patrones, hasta que gradualmente, quizá en el proceso de varias encarnaciones, los eventos difíciles vayan desapareciendo poco a poco. Cuando te encuentras a ti mismo en el comienzo de esta etapa, no puedes esperar satisfacción y felicidad inmediata en todo, sobre todo viniendo de afuera, sin poner nada de tu parte, sin aprender y experimentar de una manera productiva, viendo tus posibilidades y oportunidades; fortaleciendo tu intuición, auto-confianza y habilidad para escoger ingeniosa e independientemente, en vez de estar en la inutilidad, siempre esperando que la suerte te traiga felicidad.
Por ahora ya debes entender cómo, de distintas maneras, has causado tu propia infelicidad por y a través de tus propias evasiones y defensas destructivas. Por lo mismo y a través de esto, es que ahora puedes sentir la fuerza que te llevará a lograr tu propia felicidad y realización por ti mismo. Repito, esto no puedes alcanzarlo por medio de la comprensión intelectual puesto que es un proceso interno que crece orgánicamente. Así como ahora comprendes en lo más profundo que ninguna mala suerte o Dios cruel te ha castigado o rechazado, así también profundamente entiendes y sabes que eres tú quien crea toda la satisfacción que tu alma anhela, de tal manera que ni siquiera lo imaginaste al iniciar este camino. Esta consciencia surge desde las profundidades donde te
haces consciente de tus necesidades, después de haber llegado al total entendimiento de las pseudo-soluciones y los conceptos equivocados.
El principal resultado que se obtiene en este camino es la comprensión de tus propias causas y efectos, así como el sentido de fuerza, independencia, auto-realización y justicia que todo esto te da como individuo. ¿Cuánto tiempo toma llegar al inicio del primer intento de esta nueva fuerza y el posterior fortalecimiento de ella? Depende de tu propio esfuerzo, tu voluntad interna y tu éxito para vencer la resistencia siempre presente, la cual desaparece sólo después de haber obtenido suficiente reconocimiento de sus sinuosos caminos.
Ahora mis amigos, cuando ustedes atraviesan este dolor, ¿será realmente el dolor que una vez experimentaron de niños? ¿Será realmente la frustración que el niño sufrió de sus padres y nada más? No mis amigos, esto no es completamente cierto. Es verdad que este dolor y frustración originales han afligido la resistencia de su psique y, por lo mismo, los ha hecho incapaces de lidiar correctamente con él, ha causado que le den la espalda y busquen soluciones insatisfactorias, pero el dolor que ahora experimentan es mucho mayor, es el dolor presente del fracaso causado por los patrones improductivos. Conscientemente no pueden distinguir esto, no pueden siquiera estar conscientes del dolor original en la niñez. Tan solo el distinguir el dolor, toma tiempo y mucha auto-observación. Al llegar a ello, el dolor más agudo es el de la desesperación con ustedes mismos y con la vida, no el del pasado, ya que éste sólo es importante porque fue el causante de instituir los caminos improductivos responsables de su dolor actual.
Si atravesaran el dolor en lugar de huir de él y se volvieran conscientes de su significado, se darían cuenta que la verdadera frustración viene de la incapacidad para lograr la satisfacción de sus necesidades en este momento. Se sienten incapaces de ver lo que pueden hacer, se sienten atrapados en su propia trampa sin poder ver la forma de salir de ella, de modo que están dependiendo de una intervención exterior que está completamente fuera de su control. Sólo hasta después de hacerse conscientes de todas estas reacciones e impresiones, podrán gradualmente ver la salida y, por lo tanto, aminorar su desamparo, incrementar su fuerza y sus recursos independientes.
En una lectura anterior hablamos acerca de las necesidades humanas y mencioné que hasta no ir
descubriendo todas las “capas protectoras”, no podrían siquiera estar conscientes de sus necesidades verdaderas, quizá podrían saber algunas de las necesidades irreales o necesidades, pero sólo hasta alcanzar el completo entendimiento de ustedes mismos podrán gradualmente ir conociendo las necesidades desnudas y básicas que han retenido y se han ido acumulando. Cuando experimenten el dolor antes de cruzar el umbral hacia la madurez emocional y los patrones productivos tendrán la posibilidad, si así lo escogen, de ser totalmente conscientes de esas necesidades y esto se vuelve inevitable si lo que quieren es salir de su actual estado de vida improductiva.
Conforme vayan atravesando el proceso de hacerse conscientes de sus necesidades y la consecuente
frustración de su insatisfacción, lo primero que sentirán es un urgente deseo de ser amados, tal como el niño necesita recibir amor y afecto; sin embargo, no se puede decir que la necesidad de ser amado es infantil e inmadura, sólo lo es cuando la persona adulta ha cerrado su alma rehusándose a crecer en su propia capacidad
de dar amor, de tal manera que la necesidad de recibir, permanece aislada y encubierta. A través de sus patrones destructivos han enterrado en el inconsciente su dolorosa necesidad de recibir y, debido a esta inconsciencia y a sus variados mecanismos de defensa, su capacidad de dar nunca pudo crecer en el interior de su psique.
No obstante, a lo largo de este trabajo que ustedes han realizado, no sólo se han percatado de lo mucho que han escondido sino de que, como ya lo he dicho antes, han empezado a disolver ciertos niveles destructivos. Esto ha hecho que de manera espontánea su capacidad de dar amor salga a la superficie, aun cuando quizá todavía no sean completamente conscientes de ello. Al enfrentar el dolor, lo que realmente experimentan es la tremenda
presión de estas necesidades. Por un lado enfrentan la necesidad de recibir, la cual permanecerá insatisfecha mientras los patrones destructivos no desaparezcan y, por el otro, mientras no se alcance la etapa anterior la necesidad de dar no podrá encontrar una salida. Se requiere cierto tiempo para tener la capacidad de crear los patrones constructivos que les darán la suficiente fuerza y recursos para poder encontrar la manera de acercarse a la satisfacción de la necesidad de recibir. Esto crea una doble frustración que genera una tremenda presión y es esta presión precisamente lo que es tan doloroso, pareciera como si los desgarrara.
Sin embargo, no crean mis amigos que esta presión y completa frustración no existía antes de que estuvieran
conscientes de ella. Sí existía, pero creaba otras salidas, quizá a través de enfermedades físicas o por medio de muchos otros síntomas. A medida que toman consciencia de su origen, la presión y el dolor se sienten más agudos, pero esto sólo se debe al proceso curativo. De este modo llevan su consciencia a la causa central, donde realmente yace el problema y enfocan toda su atención en la raíz, cambiando el énfasis de la evasión a la realidad.
El verdadero dolor tiene que experimentarse en todos sus tonos y variedades. Tienen que hacerse conscientes de cuáles son sus verdaderas necesidades: el dar y el recibir, la frustración de no encontrar una salida, la presión acumulada, el desamparado momento de encontrar alivio, la tentación de evadirse una vez más. Mientras luchen a través de esta fase y vayan fortaleciendo su voluntad, no volverán a huir ni de ustedes mismos ni del aparente riesgo de vivir, ya que aparecerán oportunidades, las verán y podrán hacer uso de ellas. Podrán ir avanzando en su crecimiento e incrementando su fuerza hasta que sus necesidades encuentren satisfacción parcial y de esta manera poco a poco crecerán e irán cambiando sus patrones.
También deben comprender que durante este período se encuentran en una etapa intermedia, se han vuelto conscientes de su necesidad de recibir que siendo sana en sí misma, se ha vuelto exageradamente fuerte y por lo tanto inmadura debido a que la habían reprimido como resultado de la frustración. Si no reciben lo suficiente, la demanda crece fuera de proporción, más aún cuando son inconscientes de ella...
Simultáneamente, también ha crecido la necesidad madura de dar, debido a su progreso y al crecimiento
interno que ha tenido lugar en ustedes. Antes no podían encontrarle una salida ya que los patrones negativos aún estaban funcionando, quizá parcialmente o quizá modificados. Tal vez han empezado a lograr ciertos acuerdos entre los métodos viejos y los nuevos y sanos; sin embargo, no olviden que sólo se obtienen resultados efectivos

Cuando integran los nuevos patrones y éstos se convierten en una reacción casi automática dentro de ustedes.
Sus viejos patrones han estado existiendo por años, décadas y quizá mucho más, posiblemente a través de varias vidas en las que han luchado con los mismos problemas, siempre evitando enfrentarlos, enfrentarse a ustedes mismos y a la vida tal como es. A medida que vayan aprendiendo y empezando a cambiar, se darán cuenta de que los cambios no llegan de repente, aún cuando los cambios internos ya hayan empezado a trabajar. En este período, la presión interna puede volverse muy severa, sin embargo si se dan cuenta de todo esto y tienen el valor de atravesarlo, su destino será convertirse en personas fuertes, felices, mejor equipadas para vivir en el verdadero sentido de la palabra. Tengan cuidado de no volver atrás, hacia la evasión nuevamente, sepan que este período temporal en donde se enfrentan a la presión interior acumulada, con su consecuente desamparo, insatisfacción y confusión, no es el resultado final, es solamente el túnel a través del cual deberán pasar, mis amigos.
Una vez que lo logren, su sensación de fortaleza y de satisfacción, así como su propia capacidad crecerán constantemente, con intervalos ocasionales; pero si pueden hacer de esos intervalos un escalón hacia una lección más, los nuevos patrones tenderán a establecerse en su interior y les permitirán ver todas las posibilidades que han dejado pasar por tanto tiempo. Será entonces cuando tendrán el valor de retomarlas en vez de rechazarlas por temor. Sólo así llegará la satisfacción.
Amigos míos, es muy importante para ustedes entender esto y absorberlo profundamente; si lo hacen, seguro los ayudará.
Mis queridos amigos, sean bendecidos cada uno de ustedes. Que estas palabras sirvan como una clave más para su continua liberación y crecimiento, que les ayuden a convertirse en ustedes mismos, a estar en completa posesión del individuo que son, con todos los recursos, la fuerza, la ingenuidad, la creatividad y la fuerza para amar que les son propias y que sólo esperan que se les deje funcionar con libertad.

Por Eva Broch Pierrakos
©1994-2005 Fundación del Pathwork®

Pathwork. Lectura 180 - Las Relaciones Humanas, su significado espiritual


                                                 Conferencia Pathwork Nº180


EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE LA RELACIÓN HUMANA


Saludos, mis muy, muy, queridos amigos presentes. Bendiciones para cada uno de ustedes. Bendita sea su vida misma, cada una de sus respiraciones, sus pensamientos y sentimientos.

Muchos de mis amigos están efectivamente progresando. Algunas veces, este progreso se manifiesta, al menos temporariamente, como una crisis. Ustedes saben ahora que éste es un principio, pero es fácil olvidarse esta regla o ley espiritual  - por así decirlo - cuando están sumergidos en ella. Y es sumamente importante recordar que hay un profundo significado en la crisis que experimentan. Sus intentos de entenderla en profundidad les traerán liberación y un vivir dichoso más pronto, más rápidamente y de un modo más real y permanente.

El tema de esta noche trata las relaciones entre los seres humanos y su tremendo significado desde el punto de vista espiritual, desde el punto de vista del crecimiento y la unificación individual. En primer lugar, me gustaría señalar, una vez más, que en el nivel de manifestación en la vida humana existen unidades individuales de conciencia que a veces armonizan, pero muy a menudo entran en conflicto entre sí y crean fricción y crisis. Sin embargo, por detrás de este nivel de manifestación, no hay unidades de conciencia fragmentadas diferentes. Existe una conciencia, de la cual cada entidad creada no es sino una expresión diferente. Cuando uno llega a ser lo que uno realmente es, experimenta esta verdad, sin perder, sin embargo, un sentido de individualidad. Esto se puede sentir muy claramente cuando tratan con sus desarmonías interiores, amigos míos, dado que también allí se aplica exactamente el mismo principio.

En su estado actual, una parte de su ser más interior está desarrollada y gobierna su pensamiento, sentimientos, voluntad y acciones. Hay otras partes, todavía en un estado más bajo de desarrollo, que también gobiernan e influencian su pensamiento, sentimientos, voluntad y acciones. De esta forma, se encuentran divididos y esto siempre crea tensión, dolor, ansiedad y dificultades internas y externas. Algunos aspectos de su personalidad están en la verdad y otros en el error y la distorsión. La confusión resultante causa grave perturbación. Lo que el hombre hace generalmente es hacer a un lado una parte, identificándose con la otra. Sin embargo, esta negación superficial de una parte de lo que existe, no puede traer unificación. Todo lo contrario, acentúa la división. Lo que se debe hacer es sacar a la luz el lado conflictivo y desviado y enfrentarlo, enfrentar toda la ambivalencia. Sólo entonces encuentran ustedes la realidad última de su ser unificado, no dividido. Como saben, la unificación y la paz emergen en la medida en que reconocen, aceptan y comprenden la naturaleza del conflicto y la división interiores.

Es exactamente la misma ley y principio en lo que se refiere tanto a la unidad como al desacuerdo entre entidades totalmente diferentes y separadas externamente. Ellas también están sólo a un nivel por detrás del nivel de las apariencias. El desacuerdo no está causado por unidades diferentes de conciencia reales  sino, tal como en los desacuerdos interiores de una persona, por diferentes aspectos de desarrollo de la conciencia universal que se manifiesta. El principio de unificación es exactamente el mismo. Pero este principio no puede ser llevado a cabo con otro ser humano a menos que haya sido aplicado primero al propio yo interior. Si las partes divergentes de un yo no se enfocan con esta verdad y no se enfrenta, acepta y entiende la ambivalencia dentro del yo, el proceso de unificación no se puede poner en práctica con otra persona. Éste es un hecho muy importante que explica el gran énfasis que pone este camino de trabajo en el acercamiento primario a uno mismo. Sólo entonces se pueden cultivar las relaciones en una forma significativa y efectiva.

En esta conferencia trataré de esbozar algunos elementos de desacuerdo y unificación entre los seres humanos y mostraré su paralelo con el proceso individual. Antes de hacerlo, me gustaría decirles que las relaciones representan el desafío más grande para el individuo. Ya que sólo en la relación con otros, los problemas no resueltos, las dificultades y conflictos que aún existen dentro de la psiquis individual, se ven afectados y son activados. Por esta causa, muchos individuos se retiran del contacto y la interacción con otros. A veces puede mantenerse la ilusión de que los problemas surgen de la otra persona, cuando uno se siente perturbado sólo en su presencia y no cuando está solo.

Estar solo propicia el pedido interno de contacto y cuanto menos se cultiva éste, más agudo se vuelve el anhelo. Entonces, éste es un tipo diferente de dolor: el dolor de la soledad y la frustración. Pero el contacto hace difícil mantener por mucho tiempo la ilusión de que el yo interior es armonioso y sin fallas. Requiere una aberración mental afirmar por mucho tiempo que es sólo debido a los demás y no al yo que los problemas aparecen en las relaciones. Por eso las relaciones son, al mismo tiempo, una plenitud, un desafío y un indicador del propio estado interior. La fricción que surge de la relación con los demás es un agudo instrumento de purificación y autorreconocimiento, si el yo se inclina por ello.

Al retirarse de este desafío y sacrificar la plenitud que implica el contacto íntimo, muchos aspectos de los problemas interiores no se ponen en juego. La ilusión de paz interior y unidad que así resulta ha incluso llevado al concepto de que el crecimiento espiritual es incentivado por el aislamiento. Nada podría estar más alejado de la verdad. Sin embargo, lo que digo no debe confundirse con el hecho de que intervalos de recogimiento son una necesidad para la concentración  interior y la confrontación con uno mismo. Pero estos períodos deben siempre ser alternados con el contacto con otros, y cuanto más íntimo es este contacto, más denota madurez espiritual.

El contacto y la falta de contacto con los demás se puede observar en diversas etapas. Hay muchos grados de contacto entre los extremos totales de completo aislamiento interior y exterior, por un lado, y el relacionamiento más profundo e íntimo, la capacidad de amar y aceptar a los demás, el trato con ellos y los problemas mutuos que aparecen, el encuentro del equilibrio entre la autoafirmación y la entrega, el dar y recibir y el estar agudamente consciente de los niveles que interactúan entre los yoes, por el otro lado. Hay quienes han obtenido cierta habilidad superficial para relacionarse, pero que aún se retraen de un mutuo contactarse y revelarse internamente, más significativo, abierto y expuesto. Podría decir que el ser humano promedio de la humanidad de hoy día fluctúa en algún lugar en medio de estos dos extremos.

También es posible medir el sentimiento personal de plenitud o frustración mediante la profundidad del relacionamiento y el contacto íntimo, mediante la fuerza de los sentimientos que uno se permite experimentar, y mediante la apertura y disposición a dar y recibir. El grado de frustración indica una ausencia de contacto que, a su vez, es un indicador preciso de que el yo se retira del desafío que implica la relación, sacrificando así la plenitud, el placer, el amor y la alegría personales. Cuando se desea compartir a los efectos de recibir sólo de acuerdo a las condiciones propias, mientras que el yo en realidad (aunque secretamente) no está dispuesto a compartir nada, los anhelos deben quedar insatisfechos. Sería bueno que la gente considerara sus anhelos insatisfechos desde este punto de vista, en vez de permitirse asumir, como se hace siempre, que uno no tiene suerte y que es la vida la que nos lo hace injustamente.

El bienestar y la plenitud, específicamente con respecto a las relaciones, es una unidad de medida del propio desarrollo muy descuidada. La relación con otros es un espejo del propio estado y, de ese modo, una ayuda directa para la autopurificación. A la inversa, es igualmente verdadero que sólo a través de ser honesto consigo mismo y enfrentarse a sí mismo minuciosamente pueden sostenerse las relaciones, expandirse los sentimientos y florecer los contactos entre los seres humanos en relaciones de larga duración. Entonces, mis amigos, pueden ver que las relaciones y el contacto humano representan un aspecto tremendamente importante del crecimiento humano.

El poder y el significado de las relaciones representan a menudo serios problemas para aquellos que todavía están en la perturbadora condición de su división interior. Cuando se elige el aislamiento debido a la dificultad de contacto, el anhelo no satisfecho se vuelve insoportablemente doloroso. Esto sólo se puede resolver cuando el yo se dedica seriamente a buscar la causa de este conflicto en el yo sin la medida defensiva de la culpa aniquilante y el culparse a sí mismo, lo cual elimina, por supuesto, cualquier posibilidad de llegar realmente al centro del conflicto. Esto, sumado a la disposición interna de cambiar, debe ser cultivado a los efectos de aliviar esta trampa dolorosa, en la cual ambas alternativas disponibles: aislamiento y contacto, son insoportables.

El miedo al placer, que comentamos muchas veces, está en gran medida conectado con el problema de tratar con los demás y de enfrentarse con la rígida incapacidad de verse. También es importante recordar que el retraimiento puede ser muy sutil y existir sólo en un nivel de sentimientos exteriormente invisible y que se manifiesta en un estar en guardia solapado y una autoprotección falsa. La buena camaradería exterior no necesariamente implica una capacidad o disposición para un acercamiento interior. Para muchos, éste es un problema demasiado difícil. En la superficie esto parece ser debido a una dificultad para tratar apropiadamente con otros, pero en realidad la dificultad está en el yo, sin importar cuán perturbados puedan estar también los demás.

Cuando personas que están en un nivel de desarrollo espiritual diferente se involucran, es siempre la persona más altamente desarrollada la que tiene la responsabilidad por la relación. Aquí quiero decir específicamente que es responsable de buscar en las profundidades del nivel interno de interacción y responsable de cualquier fricción o falta de armonía entre ambas partes. La persona menos desarrollada no es capaz de una búsqueda así, se encuentra aún involucrada con culpar al otro y depende de que el otro actúe “bien” para evitar el desagrado y la frustración. Además, la persona menos desarrollada siempre está atrapada en el error fundamental de la dualidad. Ve cualquier fricción en términos de que él tiene razón o la otra persona la tiene. Inversamente, si detecta un problema en el otro, esto parece automáticamente eximirlo de culpa, aunque en realidad el hecho de involucrarse negativamente puede ser infinitamente de más peso que lo que ve en la otra persona. Sólo la persona más desarrollada espiritualmente  es capaz de una percepción más realista y sin dualidad. Podrá ver que cualquiera de las partes involucradas puede tener un problema más profundo, que no elimina la importancia del problema, posiblemente mucho menor, de la otra persona. Estará siempre dispuesto y será capaz de buscar cuán involucrado está cuando se sienta negativamente afectado por una relación específica, sin importar cuán obvia pueda ser la falta del otro. Una persona de inmadurez y tosquedad espiritual y emocional siempre pondrá la mayor parte de la culpa sobre el otro, a pesar de que diga estar de acuerdo con el proceso antes mencionado. Todo esto se aplica a cualquier tipo de relación: parejas, padres e hijos, amistades, contactos de negocios, cualquiera sea.

La tendencia a volverse emocionalmente dependiente de otros, que es un aspecto tan importante del proceso de crecimiento, se debe en gran medida a querer absolverse de cualquier culpa o dificultad al establecer, mantener y sostener una relación. Parece mucho más fácil pasarle la mayor parte de esta carga a los demás. ¡Pero qué precio hay que pagar! Hacer esto lo deja a uno realmente impotente y trae consigo precisamente ese estado entre las dos alternativas igualmente indeseables, como mencioné antes: aislamiento o dolor y fricción sin fin con los demás.  La libertad se establece y las relaciones se tornan provechosas y dichosas sólo cuando uno comienza a asumir verdaderamente la responsabilidad por sí mismo mediante la observación de los problemas propios en el contacto y la disposición a cambiar.

 
Si la persona más desarrollada se rehusa  a adoptar su deber intrínseco de asumir responsabilidad por la relación y buscar el centro del desacuerdo en sí mismo, nunca entenderá realmente la interacción mutua o sea, cómo un problema afecta a la otra persona. Y la relación habrá de deteriorarse y dejar a ambas partes confundidas y menos capaces de tratar apropiadamente con el yo y con los demás. Por otra parte, si acepta esta responsabilidad espiritual interna, también ayudará a la otra persona de un modo sutil, posiblemente sin destacarlo. Si puede desistir de la tentación de hablar constantemente acerca de los evidentes puntos negativos del otro y puede mirarse a sí mismo, elevará su propio desarrollo considerablemente y derramará paz y dicha a su alrededor. Pronto se eliminará el veneno de la fricción. También se permitirá encontrar pronto a otros con quienes sea posible un verdadero proceso de crecimiento mutuo.

Cuando dos iguales se relacionan, ambos llevan la entera responsabilidad por la relación. Ésta es realmente una empresa hermosa, un estado de mutualidad profundamente satisfactorio. La falla o perturbación más leve en un estado de ánimo será reconocida por su significado interno y así, el proceso de crecimiento se mantendrá. Ambos reconocerán su participación en esa falla momentánea, ya sea una verdadera fricción o un período momentáneo en el que los sentimientos están muertos. La realidad interna de la interacción se volverá cada vez más la más real. Esto, en gran medida, habrá de prevenir el daño a la relación.

Permítanme enfatizar aquí que, cuando hablo de ser responsable por la persona menos desarrollada, no quiero decir que otro ser humano pueda jamás cargar con el fardo de las dificultades reales de los demás. Esto nunca puede ser así. Quiero decir que las dificultades para interactuar en una relación no son exploradas usualmente en profundidad por el individuo cuyo desarrollo espiritual es aún más primitivo. Éste hará a los demás responsables de su infelicidad y falta de armonía en una interacción dada y no será capaz, o no estará dispuesto a ver todo el asunto. Por lo tanto, no está en posición de eliminar la falta de armonía. Sólo lo puede hacer aquel que asume su responsabilidad por encontrar la perturbación interior y el efecto mutuo. De aquí que la persona espiritualmente más primitiva  dependa siempre de aquel más evolucionado espiritualmente.

Un contacto entre individuos, en el cual la destructividad del menos desarrollado hace que el crecimiento, la armonía y el florecimiento de los buenos sentimientos sea imposible, o en el cual el contacto es abrumadoramente negativo, debería ser cortado. Como regla, la persona más altamente desarrollada, asume la iniciativa necesaria para hacerlo. Si no lo hace, debe haber debilidades y miedos no reconocidos que necesitan ser enfrentados. Si una relación se disuelve sobre la base de que es más destructiva y causante de dolor que constructiva y armoniosa, esto debería hacerse cuando los problemas internos y las interacciones mutuas sean completamente reconocidos por aquel que toma la iniciativa de disolver un viejo lazo. Esto lo prevendrá de formar una nueva relación con corrientes e interacciones subyacentes similares. Esto también significa que el paso de cortar el contacto ocurre como un resultado del crecimiento, más que como un resultado del rencor vengativo, el miedo o como escape.

La exploración de la interacción y el efecto subyacentes de una relación donde las dificultades de ambas personas son exploradas y aceptadas, no es, bajo ningún concepto, un proceso fácil. Pero nada puede ser más hermoso y reconfortante. Quienquiera que llegue al estado de iluminación donde esto es posible, ya no temerá ningún tipo de interacción. Las dificultades y el miedo surgen en la exacta medida en que él todavía proyecta en los demás sus dificultades para relacionarse y todavía hace responsables a los demás por cualquier cosa que vaya en contra de sus gustos. Esto puede tomar muchas formas sutiles. Uno puede concentrarse constantemente en las fallas de los demás, aún cuando a primera vista tal concentración parezca ser justificada. Uno puede sutilmente poner excesivo énfasis en un lado y excluir otros aspectos. Éstas y otras distorsiones indican proyección y negación de la responsabilidad propia por las dificultades en relacionarse, y por lo tanto, dependencia de la perfección y el consecuente miedo y hostilidad por sentirse defraudado.

Mis queridos amigos, no importa cuánto se equivoque la otra persona, si están perturbados, debe haber algo en ustedes que están pasando por alto. Cuando digo perturbado, lo digo en un sentido particular. No hablo del enojo inequívoco que se expresa sin culpa y que no deja rastros de confusión interna ni de dolor. Me refiero al tipo de perturbación que surge de otros conflictos y los alimenta. Pero, a pesar de haberles advertido repetidamente que no pasen por alto su propia parte en el conflicto, es muy difícil para la gente mirar hacia adentro y encontrar la fuente de la perturbación en sí mismos. Incluso ustedes, mis amigos, que están buscando sinceramente la liberación y la unificación dentro de sí mismos, todavía están involucrados en profundas proyecciones en esta área. Uno de los roles o juegos que hemos discutido recientemente, el cual es una de las tendencias favoritas de la humanidad, es el de decir: “me lo estás haciendo”, haciendo sentir culpable a la otra persona. El juego de hacer sentir culpables a los otros está tan generalizado que pasa constantemente inadvertido. Se da muy por sentado. Un ser humano culpa al otro, un país culpa al otro, un grupo culpa al otro. Éste es un proceso que se da constantemente en este estado de desarrollo. Es, sin duda, uno de los procesos más dañinos e ilusorios que  uno pueda imaginarse.

Tal vez sólo unos pocos de ustedes puedan empezar a ver cómo están haciendo esto, y cuando lo vean, detenerlo solamente de vez en cuando. Empiecen a cuestionarlo y dejen de echarle la culpa a los demás, lo cual es siempre una forma oculta de hostilidad y de absolver el yo. Uno obtiene placer haciendo esto, aunque el dolor que implica y los conflictos irresolubles que le siguen sean infinitamente desproporcionados con el placer débil y momentáneo.

Me gustaría ahora comentar la actitud del receptor de este juego más que la de quien lo actúa. El que ejecuta este juego verdaderamente hace daño, a sí mismo y a los demás, y les recomiendo enfáticamente que empiecen a darse cuenta cuándo es que se involucran ciegamente en este juego de pasarse la culpa. Pero, ¿qué pasa con la “víctima”? ¿Cómo se las arregla con esto? Su primera situación difícil es que ni siquiera se da cuenta de lo que está pasando. La mayor parte del tiempo sucede de un modo sutil, emocional e inexpresado. Sin siquiera una palabra, se echa la culpa silenciosa, encubierta e indirectamente; se expresa de muchas maneras indirectas. Entonces, obviamente, la primera necesidad es una toma de conciencia concisa y articulada ya que de otra forma, la “víctima” responderá inconscientemente de modos igualmente destructivos y falsamente autodefensivos. Entonces, nadie que esté involucrado conoce realmente los intrincados niveles de acción, reacción e interacción hasta que los hilos se vuelven tan enredados que parece imposible desenmarañar los aspectos complicados de la relación. Muchas relaciones se han tambaleado debido a esta interacción inconsciente que involucra muchas reacciones mutuas hacia algo que uno siente sólo vagamente.

Echar la culpa disemina veneno, temor y al menos tanta culpa como uno intenta proyectar. Aquel que recibe esta culpa puede reaccionar de muchas maneras diferentes de acuerdo con sus propios problemas y conflictos  no resueltos. En tanto que la reacción sea ciega y que la culpa haya sido colocada en uno inconscientemente, la contrarreacción será también neurótica y destructiva. Sólo la percepción consciente puede evitar esto; sólo entonces, podrán rechazar una carga que el otro está poniendo sobre ustedes; sólo entonces podrán identificarla claramente y expresarla.

En una relación que vaya a florecer, uno deberá mantenerse atento a  este peligro, que es aún más difícil de detectar debido a que la proyección de la culpa está tan extendida. También el receptor debería estar buscar esto tanto en sí mismo como en el otro. Y no quiero decir aquí una confrontación directa por algo equivocado que la otra persona hizo; me refiero a la culpa sutil por la infelicidad personal.  Es esto lo que debe ser enfrentado.

La única forma en la que ustedes pueden evitar volverse víctimas de la culpa y de la proyección de culpa es evitando hacerlo ustedes mismos. En la medida en que se entreguen a esta actitud (podrán hacerlo de un modo diferente al modo en que se lo hacen a ustedes), serán inconscientes de que se lo están haciendo y, por lo tanto, se volverán víctimas de ello. La mera toma de conciencia hará toda la diferencia, no importa si expresan verbalmente su percepción y confrontan al otro o no. Sólo podrán refutar la proyección de culpa de la que son objeto, en la medida en que, sin defenderse, exploren, enfrenten y acepten sus propias reacciones y distorsiones problemáticas, su negatividad y destructividad. Sólo entonces no serán ustedes arrastrados a un laberinto de falsedad y confusión en el cual la incertidumbre, la debilidad y el defenderse podrán hacerlos languidecer, retraerse o ser excesivamente agresivos. Sólo entonces no confundirán más la asertividad con la hostilidad y la concesión flexible con la sumisión insana.

Todos estos aspectos determinan la habilidad para manejar apropiadamente las relaciones. Cuanto más profundamente sean comprendidas y vividas estas pautas, más íntima, plena y hermosa se volverá la interacción humana.

¿Cómo podrán poner en acción sus derechos, ir hacia el universo en busca de plenitud y placer,  cómo podrán amar sin miedo, a menos que enfoquen la relación con los demás del modo esbozado anteriormente? A menos que aprendan a hacer esto, y así purificarse, siempre habrá un látigo acechando en la oscuridad en lo que se refiere a los acercamientos íntimos: el látigo de cargarse mutuamente con la culpa. Cuando esas trampas son observadas, descubiertas y disueltas, el amar, el compartir y una profunda y satisfactoria cercanía a los demás pueden ser un poder puramente positivo sin ninguna amenaza. Es de fundamental importancia que las busquen en ustedes mismos, mis amigos.

La clase de relación más desafiante, hermosa, importante espiritualmente y que produce más crecimiento es aquella entre un hombre y una mujer. El poder que une a dos personas en el amor y la atracción, y el placer involucrado en ello, son un pequeño aspecto de la condición de estar en la realidad cósmica. Es como si cada entidad creada supiera inconscientemente de la dicha de este estado y buscara su realización del modo más potente disponible para la humanidad. Ese modo está en el amor y la sexualidad entre el hombre y la mujer. El poder que los acerca es la energía espiritual más pura, lo cual conduce a un atisbo del estado espiritual más puro.

Sin embargo, cuando hombres y mujeres permanecen juntos por un período más largo de tiempo en una relación más duradera y comprometida, que la dicha se mantenga, y aún que ésta aumente, depende enteramente de que las dos personas involucradas se relacionen entre sí en los términos comentados antes en esta conferencia. ¿Se dan cuenta de la relación directa entre placer duradero y crecimiento interior? ¿Usan las inevitables dificultades en la relación como medida de sus propias dificultades interiores? ¿Se comunican del modo más profundo, más verdadero y autorrevelador, compartiendo los problemas interiores y ayudándose mutuamente, en vez de echarle la culpa al otro y eximirse a sí mismo de la propia? Las respuestas a estas preguntas determinarán si la relación se tambalea, se disuelve, se estanca... o florece. Cuando ustedes miran el mundo que los rodea, verán sin duda que poquísimos seres humanos crecen y se revelan a sí mismos de un modo tan abierto. Y poquísimos también se dan cuenta de que crecer juntos y el uno a través del otro determina la solidez de los sentimientos, del placer y del amor y respeto duraderos. Por lo tanto, no es  sorprendente que las relaciones que duran mucho tiempo estén casi invariablemente más o menos muertas en los sentimientos.

Las dificultades que surgen en una relación son siempre una medida de algo que está siendo descuidado. Es como si se estuviese dando un mensaje a gritos. Cuanto antes se tome éste en cuenta, más energía espiritual se liberará, de manera tal que el estado de dicha pueda expandirse y crecer junto con el ser interior de ambos miembros de la pareja. Hay un mecanismo en una relación entre un  hombre y una mujer que puede ser comparado con un instrumento  muy finamente calibrado que muestra los aspectos más finos y sutiles de la relación y el estado individual de las dos personas involucradas. La humanidad no lo reconoce lo suficiente, ni siquiera los seres humanos más conscientes y sofisticados, que están familiarizados con la verdad espiritual y psicológica en los demás aspectos de ella. Cada día y cada hora, el estado interior y los sentimientos son un testimonio del estado de crecimiento propio. En la medida en que esto sea tomado en cuenta, la interacción, los sentimientos, la libertad de fluir, interior y recíprocamente, florecerán. La relación perfectamente madura y espiritualmente válida siempre debe estar profundamente conectada con el crecimiento personal. En el momento en el que se experimenta una relación como irrelevante para el crecimiento interior y se abandona a sí misma, por así decirlo, habrá de tambalearse; tarde o temprano habrá de tambalearse. Y éste es el destino de la mayor parte de las relaciones humanas, especialmente la íntima entre dos  compañeros. No se reconocen como un espejo del crecimiento interior de modo que la relación se desgasta gradualmente; el primer vapor se desvanece y nada queda. Ya sea la fricción y el desacuerdo abiertos o el estancamiento y el aburrimiento, malograrán lo que una vez fue prometedor. Sólo cuando cada uno crece hasta el máximo de su potencial inherente, la relación puede volverse más y más dinámica y viva. Esto debe hacerse individual y mutuamente. Cuando la relación se enfoca de este modo, será construida sobre una roca y no sobre arena. En tales circunstancias, jamás habrá lugar para ningún temor. Se expandirán los sentimientos y crecerá la seguridad sobre el yo y sobre el otro. Cada día y cada hora será un espejo del estado interior de cualquiera de los miembros de la pareja o de ambos y, por lo tanto, de la relación misma. En cualquier momento que haya fricción o muerte de sentimientos, será porque hay algo atascado, algo a ciegas, algo que debe ser visto. Debe haber alguna interacción entre las dos personas que está sin esclarecer. Si esto se comprende y se maneja apropiadamente, no sólo el crecimiento continuará a máxima velocidad, sino que la felicidad, la dicha, el sentimiento de vivir con sentido y con profunda experiencia y el éxtasis crecerán hacia dimensiones para siempre más profundas y más hermosas. Inversamente, el miedo a la intimidad implica rigidez y la negación a ver la parte que a uno le corresponde en las dificultades para relacionarse. Cualquiera que ignore estos principios, o que sólo diga estar de acuerdo con ellos, no está emocionalmente listo para asumir la responsabilidad por su sufrimiento interno, ya sea dentro de una relación o a raíz de su ausencia. Este estado también trae consigo el miedo hacia los sentimientos propios. Esta persona se encuentra aún en ese estadio primitivo en el que le pasa la culpa a otros. En tales condiciones, el miedo y la incertidumbre harán imposible hallar dicha y cercanía, cercanía sin miedo.

Por lo tanto ustedes ven, mis amigos, que es de gran importancia reconocer que la dicha y la belleza, que son realidades espirituales eternas, están disponibles para todos aquellos que buscan dentro de sus corazones la clave para todos los problemas de la interacción humana, así como para la soledad. El verdadero crecimiento es una realidad espiritual tanto como la plenitud profunda, el vital estado de vida y el relacionarse dichosa y alegremente. Cuando estén interiormente listos para relacionarse con otro ser humano de esta forma, encontrarán la pareja apropiada con quien esta manera de compartir sea posible. Cuando usen esta importantísima clave, esto no los asustará más, no los plagará de temores conscientes o inconscientes. Cuando esta transición significativa haya sucedido en su vida, ya nunca podrán sentirse impotentes o víctimas y ya no harán a los demás responsables por lo que ustedes experimentan o no logran experimentar. De este modo, el crecimiento y el hermoso vivir en plenitud se vuelven uno y lo mismo.

Que todos ustedes se lleven el nuevo material y la fuerza energética interior que ha sido despertada por su buena voluntad. Que estas palabras sean el comienzo de una nueva modalidad interna de encontrarse con la vida, para finalmente tomar la decisión: “Yo quiero arriesgar mis buenos sentimientos. Quiero buscar la causa en mí, en vez de en la otra persona, para volverme libre para amar.” Este tipo de meditación dará realmente sus frutos. Si se llevan un germen, una partícula de esto, habrá sido verdaderamente una noche fructífera. Benditos sean todos ustedes, mis queridos amigos, para que se vuelvan los dioses que potencialmente son.



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